Manila, la vibrante capital de Filipinas, es una metrópolis que combina la rica historia colonial con la modernidad contemporánea. Situada en la costa oeste de la isla de Luzón, Manila es un crisol de culturas, colores y sabores que ofrece a los viajeros una experiencia única. Desde sitios históricos hasta bulliciosos mercados y exquisitas opciones gastronómicas, esta ciudad tiene algo para todos los gustos.

El casco antiguo de Intramuros es una ventana al pasado colonial español de Manila, con murallas y fortificaciones que cuentan historias de siglos pasados, mientras que la Iglesia de San Agustín y el Fuerte Santiago revelan la rica herencia religiosa y militar de la ciudad. Por otro lado, Roxas Boulevard es el paseo marítimo emblemático de la ciudad, donde se pueden disfrutar de impresionantes vistas al océano y visitar el Parque Rizal, un espacio verde que rinde homenaje al héroe nacional filipino, José Rizal.

En lo que respeta a la gastronomía manileña, esta es una fusión de influencias españolas, chinas y malayas, que se refleja en sus calles repletas de puestos de comida y los platos como el balut (huevo fertilizado de pato) y la lumpia (rollo primavera filipino). A lo largo de este artículo descubrirás todo lo que ver, que hacer y comer en Manila, una ciudad en constante evolución donde el pasado y el presente coexisten.

Museo Nacional de Filipinas

El Museo Nacional de Filipinas fue fundado en 1901 y es considerado el museo más antiguo del país, con una colección excepcional de arte, arqueología, antropología e historia natural. Cuenta con varias secciones que exploran diferentes aspectos de la historia filipina; La Galería de Arte Filipina exhibe una impresionante variedad de pinturas y esculturas que representan la evolución del arte en Filipinas a lo largo de los siglos. La sección de Antropología muestra la rica diversidad cultural de las etnias filipinas a través de trajes, textiles y objetos tradicionales.

Uno de los aspectos más destacados es la colección arqueológica, que presenta artefactos de las diferentes culturas que han influido en Filipinas a lo largo de su historia, incluidos artefactos prehispánicos, chinos y españoles. El Museo Nacional de Filipinas también alberga la «Espada de Lapu-Lapu», un ícono de la resistencia filipina contra la colonización española en el siglo XVI.

Parque Rizal

El Parque Rizal en Manila es un oasis urbano que rinde homenaje al héroe nacional filipino, Dr. José Rizal. En el corazón del parque se encuentra un monumento en honor a José Rizal, el mártir que desempeñó un papel fundamental en la lucha por la independencia filipina contra el dominio español. También hay una estatua de bronce que representa su ejecución en 1896, que sirve como un recordatorio conmovedor de su sacrificio.

Este parque histórico ofrece a los visitantes un refugio tranquilo en medio del bullicio de la ciudad, con exuberantes jardines, estatuas y monumentos que celebran la vida y el legado de Rizal. Es un lugar popular para los lugareños y los turistas, que pueden disfrutar de amplios espacios verdes para hacer ejercicio, pasear o simplemente relajarse. También es conocido por su ubicación estratégica, con vistas panorámicas de la bahía de Manila y de varios puntos de interés, como la Torre de Manila y la ciudad antigua de Intramuros.

Fuerte Santiago

El Fuerte Santiago en Manila es un testimonio vivo de la historia filipina y un sitio turístico imprescindible para quienes deseen sumergirse en el pasado colonial de Filipinas. Construida en el siglo XVI por los españoles en el corazón de la ciudad de Intramuros, el fuerte sirvió como un baluarte defensivo durante el período colonial español, protegiendo la ciudad de ataques extranjeros y locales. Hoy en día, sus muros de piedra y sus estructuras bien conservadas ofrecen a los visitantes una mirada intrigante a través del tiempo.

Dentro de la fortaleza se encuentra un tesoro de historia, que incluye el Rizal Shrine, un museo dedicado al héroe nacional filipino, José Rizal, que fue prisionero aquí antes de su ejecución en 1896. También encontrarás hermosos jardines, pasajes históricos y un hermoso paseo a lo largo del río Pasig. El Fuerte Santiago no solo es un lugar para aprender sobre el pasado de Filipinas, sino también para disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad moderna desde sus murallas y torres.

Iglesia de San Agustín

La Iglesia de San Agustín fue construida en 1571, erigida como una de las iglesias más antiguas del país y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta iglesia barroca destaca por su fachada imponente y detallada, que refleja la rica historia religiosa y cultural del país; su interior es igualmente asombroso, con hermosos altares, obras de arte sacro y vitrales que cuentan historias de la fe y la historia filipina.

El claustro adyacente, único en su tipo en Filipinas, es un remanso de tranquilidad con sus jardines y galerías decoradas. Dentro del recinto también se encuentra el Museo de San Agustín, que alberga una rica colección de artefactos religiosos y objetos históricos. Visitar la Iglesia de San Agustín es un viaje al pasado, un encuentro con la influencia religiosa y cultural que ha moldeado a Filipinas.

Intramuros

Intramuros se trata de una ciudad amurallada construida en 1571 por los españoles, un crisol de influencias que abarcan más de cuatro siglos, en el que sus murallas defensivas, calles empedradas y edificios coloniales te transportan a épocas pasadas. Una vez dentro, los visitantes pueden explorar el Fuerte Santiago, una antigua fortaleza que alberga el Museo Rizal, dedicado al héroe nacional filipino José Rizal. Además, la Catedral de Manila, con su impresionante arquitectura gótica, y la Casa Manila, una reconstrucción de una mansión colonial, también son imperdibles.

El paseo en calesa (carreta tirada por caballos) es una forma encantadora de recorrer Intramuros y absorber su atmósfera única; sumado a esto, el Bahay Tsinoy Museum arroja luz sobre la influencia china en Filipinas. Intramuros también alberga acogedores restaurantes que sirven platos filipinos y españoles, así como tiendas de recuerdos que ofrecen artesanía local para que puedas llevarte un pedacito de la evolución cultural y social de Filipinas a lo largo de los siglos.

Qué comer en Manila

La ciudad de Manila es una mezcla de culturas que desemboca en una vibrante escena culinaria, ofreciendo una variedad de sabores y platos únicos. Para empezar el día, no puedes perderte el tradicional desayuno filipino llamado «silog», que consiste en arroz frito (sinangag) acompañado de tocino, longaniza (salchichas) o tapa (carne marinada), y un huevo frito. Otra opción es el «taho», una bebida caliente hecha de tofu suave, jarabe de arce y perlas de tapioca.

En la hora del almuerzo, disfruta de un auténtico «adobo», un plato filipino icónico compuesto por carne de cerdo o pollo marinada en salsa de soja, vinagre y ajo, luego cocida a fuego lento. También puedes probar el «sinigang», un caldo ácido con carne y verduras, o el «kare-kare», un guiso de carne con una salsa de cacahuete. Para la cena, explora la escena de la comida callejera en lugares como el Mercado nocturno de Quiapo, donde encontrarás «isaw» (brochetas de intestinos de pollo), «balut» (huevo de pato fertilizado) y otras delicias únicas.

Y en caso de que busques algo más elegante, muchos restaurantes en Manila ofrecen platos creativos que combinan ingredientes locales con técnicas culinarias internacionales. Para los golosos, los postres filipinos como el «halo-halo» (una colorida mezcla de hielo raspado, frutas y dulces) y el «bibingka» (pastel de arroz al horno con coco y azúcar) son una delicia imprescindible.