Bienvenidos a Berna, la encantadora capital de Suiza, donde la historia y la modernidad se entrelazan para crear un ambiente sereno, como si de un cuento de hadas se tratase. Pasear por sus calles empedradas es como sumergirse en un libro de historia, con edificios medievales y arquitectura renacentista que narran siglos de evolución. La ciudad ofrece una experiencia única para los amantes de la historia y la arquitectura, empezando por la Torre del Reloj Zytgloggeturm, un ícono de la ciudad que cobra vida cada hora con su colorido desfile de figuras mecánicas.

También podemos mencionar la Ciudad Vieja de Berna, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que te transportará a la Edad Media con sus callejones adoquinados y fuentes históricas. Además de su patrimonio cultural, Berna es famosa por sus maravillas naturales, donde destacan el Río Aare y el Parque de los Osos, donde los osos pardos deambulan en su hábitat natural, es una experiencia única en la ciudad.

En cuanto a la gastronomía, Berna no decepciona gracias a platillos como la «fondue», un plato tradicional suizo en el que sumerges trozos de pan en un queso fundido irresistible; los «meringues» y los «marron glacé», son deleites dulces que no puedes pasar por alto. Ya sea que te encuentres explorando sus sitios turísticos, descubriendo su cultura o degustando sus exquisiteces, esta ciudad suiza te espera con los brazos abiertos para ofrecerte una experiencia inolvidable. Dicho esto, a lo largo de este artículo vamos a explorar todo lo que ver, que hacer y comer en la atípica ciudad de Berna.

Ciudad Vieja de Berna

La Ciudad Vieja de Berna, un rincón medieval perfectamente conservado, te sumerge en un viaje en el tiempo gracias a sus calles adoquinadas, edificios coloridos y fuentes históricas que revelan la rica herencia de la capital suiza. Explorar la Ciudad Vieja es como hojear las páginas de la historia, pues edificaciones de la talla de la Catedral de Berna, con su torre gótica y vistas panorámicas, se reparten a lo largo de la misma. No te olvides de echarle un ojo al ambiente de los mercados locales, donde puedes adquirir productos frescos y auténticos suvenires.

La historia cobra vida en el Zentrum Paul Klee, dedicado al famoso pintor suizo; pero eso no es todo, descubre la Casa Einstein, donde el genio de la relatividad residió durante su estancia en Berna. Y para concluir tu viaje, date una pequeña vuelta en la cultura del Museo de Historia de Berna y en el Museo de la Comunicación. Como puedes ver, recorrer las calles de la Ciudad Vieja de berna te transporta a épocas pasadas, mientras disfrutas de la autenticidad y el encanto que esta parte de la región tiene para ofrecer.

Zytgloggeturm

El Zytgloggeturm, o Torre del Reloj, es uno de los íconos más emblemáticos de Suiza, se trata de una torre medieval que se alza en el corazón de la Ciudad Vieja con una elegancia inspirada a través de su histórico reloj astronómico. Creado en el siglo XIII, el reloj es una obra maestra mecánica que muestra el tiempo, los días de la semana, las fases de la luna y los signos del zodiaco. Cada hora en punto, el reloj cobra vida con un espectáculo de figuras móviles que representan momentos clave en la historia de Berna.

El Zytgloggeturm también alberga un museo que revela la intrincada ingeniería detrás de este reloj único y narra la historia de la torre. Subir a la torre ofrece vistas panorámicas de la ciudad y sus alrededores, recompensando a los visitantes con una perspectiva inolvidable. El Zytgloggeturm es una joya de la arquitectura medieval, un testimonio de la habilidad y creatividad de generaciones pasadas, y un lugar imprescindible para cualquier visita a Berna.

Zentrum Paul Klee

El Zentrum Paul Klee es un tributo al legado artístico del renombrado pintor suizo Paul Klee, este centro cultural y museo alberga una impresionante colección de más de 4,000 obras maestras del pintor, que abarcan diferentes etapas de su carrera. El diseño arquitectónico del edificio es una obra de arte en sí mismo, con tres colinas cubiertas de hierba que albergan las galerías y salas de exposición. Los visitantes pueden explorar las fascinantes creaciones de Klee, desde sus coloridos cuadros abstractos hasta sus ingeniosos dibujos y acuarelas.

Obviando las exhibiciones permanentes, el centro también organiza exposiciones temporales y eventos culturales relacionados con el arte y la creatividad. El Zentrum Paul Klee ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en el mundo creativo y visionario de uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Por último, este recinto cuenta con un espacio educativo y actividades para niños, fomentando la apreciación y comprensión del arte en todas las edades.

Parque de los Osos

El Parque de los Osos es un encantador espacio natural que hace las de hogar para los osos pardos europeos y otros animales autóctonos, pero no solo eso, ya que se dedica a la conservación y educación sobre la vida de estas magníficas criaturas. Los visitantes tienen la oportunidad de observar a los osos en su hábitat natural, a través de amplios recintos que imitan su entorno salvaje. A medida que exploras el parque, también te encontrarás con otros animales nativos, como lobos, linces y ciervos, que te brindarán una visión completa de la biodiversidad de la región. Además, podrás llevarte un peluche de oso o incluso un peluche de lince. Estos peluches de animales son excelsos tanto para los más pequeños, como para los adultos.

Además de ser una experiencia emocionante para los amantes de la vida silvestre, el Parque de los Osos también tiene un enfoque educativo, con paneles informativos y programas educativos que ayudan a los visitantes a aprender sobre la ecología y conservación de estas especies. El parque está diseñado para promover la conciencia ambiental y el respeto por la naturaleza, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de conectarse con la vida salvaje de una manera responsable y sostenible.

Palacio Federal de Suiza

El Palacio Federal de Suiza se trata de un imponente edificio que alberga las instituciones políticas más importantes del país, como la sede del Gobierno suizo y el Parlamento Federal; el palacio es un símbolo de la democracia y la soberanía de Suiza. Este majestuoso edificio de estilo neorrenacentista se encuentra en un lugar estratégico, cerca de la Ciudad Vieja de Berna y a orillas del Río Aar. Su arquitectura imponente y sus detalles intrincados atraen a los visitantes tanto por su belleza como por su relevancia histórica.

Aunque el interior no está abierto al público en general, los turistas pueden disfrutar de la vista exterior y aprender sobre la historia y la política suiza a través de tours guiados. Además, el Palacio Federal es conocido por su hermoso jardín y su plaza, donde los visitantes pueden relajarse y admirar la arquitectura mientras disfrutan de las vistas panorámicas de la ciudad.

Qué comer en Berna

La ciudad de Berna, además de su rica historia y hermosa arquitectura, también ofrece una experiencia culinaria única que combina tradición y modernidad en su oferta gastronómica. Para empezar, en los encantadores cafés y restaurantes de la Ciudad Vieja, puedes saborear platos auténticos como el «Rösti», una especie de tortilla de patata crujiente y dorada, o el «Zürcher Geschnetzeltes», tiernos trozos de ternera servidos con una cremosa salsa de champiñones. También puedes disfrutar de las salchichas suizas acompañadas de un pan recién horneado y mostaza.

La repostería suiza es famosa en todo el mundo, y Berna no es una excepción, no te pierdas la oportunidad de probar los dulces «Meringues», que son como nubes de merengue, y el exquisito «Gelato», un helado artesanal suizo con una variedad de sabores únicos. Para los amantes del chocolate, no dudes en visitar algunas de las chocolaterías más antiguas y prestigiosas del mundo, donde se elaboran bombones y tabletas de chocolate suizo de alta calidad. En cuanto a las bebidas, prueba el «Glühwein», un vino caliente especiado que es especialmente popular durante los meses más fríos.