Bled, un encantador rincón de Eslovenia, es uno de esos lugares que parecen sacados de un cuento de hadas. El Castillo de Bled, que se alza sobre un acantilado con vistas al lago, es uno de los puntos turísticos más destacados. El lago de Bled, presente en numerosos puzzles lago de Bled, destaca por su belleza natural. No se puede hablar de Bled sin mencionar la famosa Iglesia de la Asunción, ubicada en la pintoresca isla del lago. Los visitantes a menudo disfrutan de un paseo en las tradicionales barcas de madera, conocidas como pletnas, para llegar a la isla y tocar la campana de los deseos en la iglesia.

Además de su belleza natural y sus monumentos históricos, Bled tiene fama porque los amantes de la comida no suelen tener ninguna queja. Y es que como hacerlo cuando tienes platillos como el Kremna rezina, o tarta de crema de Bled, un postre que ha alcanzado fama internacional por su sabor exquisito. Con todo esto en mente, pasemos a conocer más a fondo lo que ver, que hacer y comer en Bled, Eslovenia.

Garganta de Vintgar

La Garganta de Vintgar, situada a solo 4 km, se trata de un desfiladero de 1,6 km, tallado por el río Radovna, y que ofrece un espectáculo natural impresionante con paredes que se elevan entre 50 y 100 metros de altura. La erosión del río ha creado una serie de piscinas naturales y rápidos que encantan a los visitantes con su belleza y serenidad. Al final de la garganta, la cascada Šum, de 13 metros de altura, impresiona con su fuerza y el sonido ensordecedor de sus aguas cayendo.

Descubierta en 1891 por Jakob Žumer y Benedikt Lergetporer, la garganta fue abierta al público en 1893, después de la instalación de pasarelas y puentes de madera que facilitan la exploración del lugar. Estas estructuras han sido renovadas varias veces, manteniendo el acceso seguro para los turistas mientras preservan el entorno natural. A lo largo del recorrido, los visitantes pueden disfrutar de vistas panorámicas desde puentes y plataformas de observación que permiten apreciar la majestuosidad de la garganta en todo su esplendor.

Castillo de Bled

El Castillo de Bled, encaramado en un acantilado de 130 metros, ofrece una vista espectacular del lago Bled y sus alrededores, siendo una visita obligada para los turistas en Eslovenia. Este majestuoso castillo, una de las atracciones más populares del país, fue mencionado por primera vez en 1011, cuando el emperador Enrique II lo donó a los obispos de Brixen. Con su estratégica ubicación en la Marca de Carniola, el castillo pasó a formar parte de los dominios de la Casa de Habsburgo en 1278.

La estructura original del castillo incluye una torre románica, que es la parte más antigua. A lo largo de los siglos, se añadieron más torres y se mejoraron las fortificaciones, especialmente durante la Edad Media. Los edificios actuales del castillo, organizados alrededor de dos patios conectados por una escalera, muestran un claro estilo renacentista. Por último, en el patio superior se encuentra una capilla del siglo XVI, renovada alrededor del año 1700, que destaca por sus frescos ilusionistas.

Ojstrica

Subir a Ojstrica es una experiencia inigualable dentro de la región. Este pico de 611 metros de altura, cuyo nombre significa «pico agudo» en esloveno, ofrece una caminata breve pero empinada de aproximadamente 20 minutos. La recompensa al llegar a la cima es una vista inigualable del lago Bled y sus alrededores. Desde allí, se puede contemplar el escarpado acantilado del castillo de Bled, el monte Stol, la llanura de los cuervos de Savska y la extensa cresta de la cordillera occidental de Karavanke, incluyendo los picos de Vrtača, Begunjščica, y Dobrča.

El sendero hacia Ojstrica comienza en el lado izquierdo del Camping Zaka. Tras seguir el sendero señalizado hacia el bosque en el lado sur de Velika Zaka, se llega a un camino más ancho donde se debe girar a la derecha. El camino sigue por un pequeño valle y está bien marcado con indicaciones hacia Ojstrica. Al alcanzar la cima, los visitantes son recibidos por un banco; para una experiencia aún más mágica, se recomienda comenzar la subida temprano y disfrutar del amanecer o planear la caminata para coincidir con la puesta de sol.

Iglesia de la Asunción de Bled

La Iglesia de la Asunción de María se alza majestuosa con su torre de 54 metros, dominando el paisaje y atrayendo a visitantes y parejas que buscan un lugar especial para sus bodas. Accesible solo por agua, los turistas pueden llegar a la isla en los tradicionales barcos ‘pletna’ o alquilando un bote. Originalmente, esta contenía un templo pagano antes de la llegada del cristianismo, desde entonces ha pasado por varias reconstrucciones a lo largo de los siglos.

La estructura actual, de estilo barroco, fue erigida en 1685 y cuenta con un altar ricamente decorado con incrustaciones doradas y púlpitos de mármol negro y madera tallada. Una de las características más destacadas es la campana de los deseos, instalada en 1534, que, según la leyenda, cumple los deseos de quienes la tocan. Como curiosidad extra, existe una tradición popular en torno a la iglesia, la cual consiste en que los novios deben cargar a sus parejas por los 99 escalones que llevan a la entrada para asegurar la felicidad conyugal.

A unos cuantos minutos de Bled

A solo unos minutos de Bled, los turistas pueden descubrir una serie de atracciones fascinantes que complementan la visita a este encantador rincón de Eslovenia. Un destino cercano es el Castillo de Radovljica, ubicado en la pintoresca ciudad de Radovljica, a solo 10 minutos en coche de Bled. Este castillo del siglo XVI alberga el Museo de la Apicultura y ofrece una visión fascinante de la historia local y la producción de miel en la región.

Para los amantes de la naturaleza, el Lago Bohinj, a unos 30 minutos en coche, es una opción imperdible. Este lago glaciar, situado en el corazón del Parque Nacional del Triglav, es el lugar perfecto para practicar senderismo, kayak y natación en sus aguas cristalinas, rodeado de montañas imponentes y paisajes idílicos. También tienes el Parque Natural de Pokljuka, a unos 20 minutos en coche, es un extenso bosque alpino que ofrece rutas de senderismo, esquí de fondo en invierno y la oportunidad de explorar las típicas cabañas alpinas eslovenas.

Qué comer en Bled

La ciudad de Bled ofrece una variedad de delicias culinarias, pero si hay uno que debemos mencionar primero, tiene que ser el Kremšnita, conocido como la tarta de crema de Bled. Este postre, con sus capas de hojaldre ligero y crema pastelera, es una delicia que no puedes perderte. Pero, en caso de que busques algo un poco más «grande», el Štruklji es una excelente opción. Los rollos de masa rellenos son dulces o salados, y en Bled, se rellenan de requesón, manzanas, nueces o estragón, servidos con una salsa de crema agria.

El Jota es otro plato tradicional que vale la pena probar; un guiso de alubias, patatas, chucrut y costillas de cerdo ahumadas es perfecto para los días más fríos y ofrece una explosión de sabores robustos y reconfortantes. Por último, como un pequeño detalle, debes saber que los restaurantes en Bled también ofrecen una excelente selección de vinos eslovenos, desde los blancos frescos de la región de Goriška Brda hasta los tintos robustos de la región de Karst.