Pozuzo, ubicado en la provincia de Oxapampa, es un destino de ensueño con una fusión cultural única que cautiva a quienes la visitan. Fundada por colonos austrohúngaros en el siglo XIX, conserva viva su herencia europea en medio de exuberantes paisajes tropicales. El encanto de Pozuzo se encuentra en su belleza natural: bosques densos, ríos, cascadas, y lo que hay en ellos, como el Puente Emperador Guillermo I.

Pero eso no es todo, ya que también se destaca por albergar algunos puntos históricos sumamente atractivos; por ejemplo, el Museo Schafferer, que sirve para dar testimonio de los colonos austro-alemanes que pasaron por el Perú. O la Casa Palmatambo, creada en el año 1900 y que forma parte de un tour para comprender mejor la historia de Pozuzo y la naturaleza que le rodea.

En cuanto a su gastronomía, Pozuzo busca mantenerse fiel a los sabores Peruanos, teniendo como base las costumbres culinarias alemanas, austriacas y húngaras. Por esta razón, no es extraño ver platos típicos de estas regiones, como el strudel, el schnitzel y las salchichas, mezcladas con la cocina peruana. El famoso «jamón del país», un embutido de cerdo, y el «kaesspaetzle», una especie de pasta con queso, son dos platos típicos de la zona. Así pues, conozcamos lo que hay que ver, que hacer y comer en Pozuzo.

Museo Schafferer

El Museo Schafferer busca revelar la historia y el legado de los primeros colonos austrohúngaros que se establecieron en esta región de la selva peruana. Esta joya histórica alberga una variada colección de objetos, fotografías y artefactos que narran la travesía de los colonos y su vida en esta remota tierra. Eso sí, la exhibición no solo se centra en la historia austrohúngara, sino que también presenta elementos culturales de las comunidades locales, destacando la interacción y fusión de estas dos culturas en un contexto único. Además, ofrece información detallada sobre la flora, fauna y la geografía de la zona.

De esta manera, las salas del museo están meticulosamente organizadas para contar la historia desde los primeros días de la colonización, exhibiendo herramientas de trabajo, indumentaria tradicional, utensilios domésticos y muebles antiguos que muestran la influencia europea en la región. Como insignia, el Museo Schafferer cuenta con fotografías en blanco y negro que dan vida a las experiencias de aquellos pioneros, capturando momentos significativos de su vida cotidiana y eventos comunitarios.

Puente Emperador Guillermo I

El Puente Emperador Guillermo I, conocido localmente como «Puente de Hierro», es una estructura metálica que atraviesa el río Pozuzo y conecta las áreas opuestas del valle. Fue construida a principios del siglo XX por ingenieros austrohúngaros y su diseño arquitectónico es un testimonio de la habilidad e ingeniería de la época. Las imponentes columnas de hierro, los travesaños y los detalles ornamentales llaman la atención de los visitantes, ofreciendo una vista fascinante que combina el encanto histórico con la funcionalidad moderna.

No solo es una pieza de infraestructura crucial para el acceso a diversas zonas del valle, sino que también es un punto de interés turístico; pues los visitantes tienen la oportunidad de pasear por él y maravillarse con las vistas panorámicas del río y los alrededores. De esta manera, el Puente Emperador Guillermo I representa un símbolo de la herencia europea que ha dejado una huella duradera en región selvática de Pozuzo. Es un lugar ideal para capturar fotografías, sumergirse en la historia local y disfrutar del entorno natural que lo rodea.

Casa Palmatambo

La Casa Palmatambo se trata de un antiguo edificio de madera y techo a dos aguas, el cual se erige como un monumento vivo y sumamente personal de la familia Zevallos Egg. Construida hace más de un siglo por colonos provenientes de Tirol, la casa mantiene su arquitectura original, con detalles que evocan la tradición alpina. En su interior, se conservan muebles antiguos, utensilios de la vida cotidiana y fotografías que narran la historia de los bisabuelos de su fundadora «Johanny Zevallos Egg», transportando a los visitantes a una época pasada.

Los turistas pueden visitar esta casa para experimentar de primera mano cómo vivían los colonos austriacos en el Amazonas peruano. Sin embargo, la atracción no termina ahí, ya que la experiencia de la Casa Palmatambo en realidad se extiende a un recorrido que dura tres días. El primero de ellos es para visitar el Parque Nacional Yanachaga-Chemillén, en el segundo día podrás conocer en persona la Casa Palmatambo, y finalmente el tercer día, los visitantes realizan una caminata hasta el mirador del sector Trama en Pozuzu, disfrutando de sus países y la biodiversidad.

Plaza de Armas de Pozuzo

La Plaza de Armas de Pozuzo, enclavada en medio de exuberante vegetación selvática, es el corazón vibrante de esta comunidad. Este espacio emblemático refleja la identidad y la historia de los colonos que conquistaron estas tierras a principios del siglo XIX. Rodeada por construcciones de madera y flores tropicales, esta plaza evoca la atmósfera de los pueblos alpinos con un toque amazónico. En su centro se alza una enorme réplica de un barco que rinde homenaje a los primeros colonos, recordando su valiente viaje hacia lo desconocido.

Es el punto neurálgico de encuentro para residentes y visitantes, donde se celebran eventos culturales, festivales y actividades comunitarias que resaltan la riqueza de las tradiciones locales. Los turistas pueden disfrutar de mercados artesanales que ofrecen productos típicos, desde tejidos tradicionales hasta delicias gastronómicas. Además, su ambiente acogedor y colorido crea el escenario perfecto para tomar fotografías y sumergirse en la historia y el folclore de esta fascinante región, haciendo de la Plaza de Armas de Pozuzo un destino que definitivamente no te puedes perder.

Qué comer en Pozuzo

En Pozuzo, la fusión de las tradiciones culinarias traídas directamente desde Europa con los ingredientes del Perú crearon un festín para los sentidos que no te puedes perder. Para empezar, el cerdo ahumado es uno de los manjares más emblemáticos; preparado siguiendo recetas centenarias, este platillo se ha convertido en un símbolo de la comunidad. Los embutidos, como salchichas y jamones, son otro punto culminante, elaborados con técnicas transmitidas de generación en generación.

El Strudel, un postre de origen austríaco, se ha integrado en la repostería local, deleitando con capas finas de masa rellenas de manzanas o frutas tropicales. Además, los Krapfen, una especie de bollo relleno de mermelada o crema, son irresistibles. Por otro lado, el café pozuzino es famoso por su sabor distintivo y fuerte, cultivado en las fincas locales y tostado a la perfección para ofrecer una taza aromática que despierta los sentidos.

Las hierbas y frutas amazónicas, como el camu camu y la carambola, son ingredientes clave en algunas recetas. Los pescados de río, como el paiche y la gamitana, cocinados con técnicas europeas, también ofrecen una experiencia culinaria única. Y en caso de que estés buscando algo un poco más sofisticado, los restaurantes alrededor del pueblo ofrecen un abanico de sabores, desde platos típicos hasta delicias pasteleras que reflejan a esta comunidad.