Enclavada en las alturas de los Andes bolivianos, Potosí se presenta como un enorme punto de interés histórico y cultural que despierta la curiosidad de los viajeros. Con sus calles empedradas y arquitectura colonial, esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, respira la historia de la época de la colonización española y la riqueza de sus minas de plata. El Cerro Rico, testigo silente de la bonanza y las luchas que marcaron la historia de Potosí, se erige como un icono imponente. Otro excelente sitio es la Cueva del Diablo, la cual ofrece una experiencia religiosa única al conectar con la leyenda de una persecución entre el Diablo y San Bartolomé.
Pero la cosa no acaba ahí, ya que el centro histórico de Potosí alberga la majestuosa Casa Nacional de la Moneda, donde se acuñaron las monedas de plata que circulaban por todo el imperio español. Sus salones narran el fascinante proceso de producción y la importancia económica de la ciudad en aquellos tiempos. La gastronomía potosina está repleta de sabores que reflejan la diversidad cultural de Bolivia, destacando platos como la saiceña, un guiso de carne y verduras con un toque de picante, o el api, una bebida caliente de maíz morado. Dicho esto, a lo largo de este artículo conoceremos todo lo que ver, que hacer y comer en Potosí.
Casa Nacional de Moneda de Bolivia
La Casa Nacional de Moneda en Potosí se trata ni más ni menos que de un testamento de la riqueza y la importancia económica que esta ciudad minera tuvo durante la época colonial. Construida en el siglo XVIII, esta majestuosa edificación fue la respuesta española a la necesidad de acuñar y regular la ingente cantidad de plata extraída del cercano Cerro Rico. Así pues, sus salones, que fusionan arquitectura barroca y neoclásica, albergan exposiciones fascinantes que desentrañan el complejo proceso de producción de monedas y billetes durante la colonia.
Las imponentes prensas de la época y los detalles intrincados de las monedas son testimonios visuales de una época de esplendor económico. Como visitante, podrás explorar las distintas salas temáticas, donde se exhiben tesoros numismáticos, documentos históricos y objetos que narran la historia de Potosí. La Casa Nacional de Moneda se erige como un faro cultural, destacando el papel crucial que desempeñó esta ciudad en la economía colonial.
Plaza 10 de Noviembre
La Plaza 10 de Noviembre es un espacio donde convergen historia, cultura y vida cotidiana, rodeado por imponentes edificaciones coloniales que crean el escenario perfecto para eventos públicos, festivales y expresiones culturales. En su centro destaca la Fuente de los Leones, un monumento que añade un toque de elegancia a este espacio vibrante. Además, los vendedores ambulantes y las coloridas bancas ofrecen a los visitantes la oportunidad de experimentar la autenticidad de la vida diaria en Potosí.
Los alrededores de la plaza albergan joyas arquitectónicas como la Catedral de Potosí, una imponente iglesia que domina el paisaje urbano. También se encuentran la Casa de la Moneda y la Torre de la Compañía de Jesús, que añaden un toque histórico y cultural a la plaza. La Plaza 10 de Noviembre no solo es un punto de encuentro para los habitantes locales, sino también un escenario donde el pasado y el presente se fusionan, ofreciendo a los visitantes la oportunidad para crear hermosos recuerdos.
Catedral de la Villa Imperial de Potosí
La Catedral de la Villa Imperial de Potosí, joya arquitectónica y espiritual, se alza majestuosa en el corazón de la ciudad boliviana. Construida entre los siglos XVI y XVIII, esta obra maestra barroca es un testimonio de la opulencia que la riqueza de la plata brindó a Potosí durante la época colonial. La fachada de la catedral cautiva con su detalle escultórico, mientras que el interior deslumbra con retablos dorados, pinturas sacras y una impresionante colección de arte religioso.
La Capilla del Sagrario, con sus columnas salomónicas y su altar de plata, añade un toque de esplendor a este templo. Así pues, los visitantes pueden explorar las capillas laterales, cada una con su propio estilo artístico y piezas únicas. Por último, la sacristía alberga una colección de arte sacro colonial, incluyendo la famosa Custodia de la Catedral, una obra maestra de orfebrería de plata.
Cerro Rico
El imponente Cerro Rico, que se eleva sobre Potosí, es una icónica maravilla geológica y cultural. Conocido como «La Montaña que Come Hombres», este coloso ha sido testigo de siglos de historia, desde la época preincaica hasta la fiebre de la plata durante la colonia. Los aventureros y amantes de la historia se ven atraídos por las minas que perforan sus laderas, ofreciendo una visión única de la vida en las entrañas de la montaña.
Las excursiones guiadas llevan a los visitantes a través de túneles estrechos y cámaras subterráneas, revelando la dura realidad de la minería. Desde la cima del Cerro Rico, las vistas panorámicas de Potosí y sus alrededores son impresionantes. Además de su importancia histórica, el cerro alberga santuarios y rituales indígenas que honran a la montaña sagrada. Ciertamente, explorar el Cerro Rico es sumergirse en la dualidad de su belleza natural y la compleja historia que encierra.
La Cueva del Diablo
La Cueva del Diablo es un misterioso tesoro natural y cultural, cuyo nombre evoca leyendas y mitos que se entrelazan con la rica historia de la región. Esta caverna, con sus formaciones rocosas impresionantes, ha sido un lugar de veneración para las comunidades indígenas locales. La leyenda alrededor de este punto de interés data del año 1737, alegando que en ciertas horas del día es peligroso deambular por esos valles, pues el diablo podría surgir de la cueva para secuestrar a los aventureros despistados.
Dicho esto, los visitantes que se aventuran a explorar sus oscuros pasadizos descubren una red intrincada de túneles y cámaras, iluminada solo por la luz de las linternas; las formaciones geológicas, como estalactitas y estalagmitas, añaden un toque mágico a la experiencia. Este también es el escenario de rituales ancestrales, donde las comunidades locales realizan ceremonias sagradas para honrar a la naturaleza y sus deidades.
Qué comer en Potosí
Como el motor de los Andes bolivianos, la gastronomía de Potosí fusiona sabores autóctonos con influencias coloniales, creando un festín que refleja la rica diversidad cultural de la región. Comienza tu día con una energizante sopa de quinoa, un superalimento andino, acompañada de chuño, papas deshidratadas. Para el almuerzo, prueba el saice, un guiso sabroso con carne de res, cordero o pollo, mezclado con papas, arroz y especias regionales que deleitan el paladar.
No puedes dejar Potosí sin probar la salteña, una empanada boliviana rellena de carne, papas, huevo, aceitunas y pasas, perfecta para un tentempié vespertino. Para la cena, disfruta de la picana, un guiso de carne con maíz y papas, sazonado con hierbas locales. Para los amantes de lo dulce, el postre típico es el api con pastel, una bebida caliente de maíz morado acompañada de un delicioso pastel. Y por último, no te pierdas la oportunidad de degustar la chicha, una bebida fermentada de maíz o arroz, parte integral de las celebraciones locales.