Bienvenidos a Marrakech, una ciudad mágica y cautivadora que ha sido durante siglos un importante centro cultural y comercial en Marruecos. Esta es reconocida por contener una amplia cantidad de sitios turísticos que te transportarán a otra época, como por ejemplo la plaza de Jemaa el-Fna, un lugar animado donde encontrarás músicos, bailarines, encantadores de serpientes y puestos de comida tradicional. Otro sitio imperdible es el Palacio Bahía, un hermoso palacio del siglo XIX con impresionantes jardines y patios exquisitamente decorados. También puedes visitar la impresionante mezquita de Kutubía, cuyo minarete domina el horizonte de la ciudad. En conclusión, son muchos los lugares que ver en Marrakech.
La gastronomía de Marrakech es una verdadera delicia para los sentidos, pues los sabores exquisitos y las especias aromáticas se mezclan en platos muy especiales, como el tajín y el cuscús. Marrakech también es famosa por sus lujosos riads, antiguas mansiones convertidas en hoteles boutique que ofrecen una experiencia única y auténtica de la ciudad. En este artículo, te llevaré a un viaje a través de los encantos de la ciudad y te mostraré todo lo que tienes que ver, que hacer y comer en Marrakech.
Mezquita Kutubía
La Mezquita Kutubía, también conocida como la Mezquita de la Kutubía, es una joya arquitectónica y religiosa ubicada en la ciudad de Marrakech y construida en el siglo XII durante el reinado de la dinastía almohade. Esta espléndida mezquita se alza majestuosamente sobre la ciudad con su impresionante minarete de 77 metros de altura, la cual, se compone de una distintiva forma cuadrada y detalles geométricos que sirve como punto de referencia para los viajeros que exploran la medina.
Su cima ofrece impresionantes vistas panorámicas de la ciudad y los alrededores, siendo especialmente mágico al atardecer, cuando los tonos dorados del sol se reflejan en sus muros. Los visitantes también pueden admirar la belleza de la mezquita desde sus jardines bien cuidados y pasear por los patios exteriores, que están decorados con intrincados diseños de mosaico y zellige, una forma tradicional de arte marroquí. Aunque la mezquita no permite el acceso a no musulmanes en su interior, su esplendor y majestuosidad pueden ser admirados desde el exterior.
Jemaa el-Fna
La Jemaa el-Fnaa es una famosa plaza donde la cultura marroquí se mezcla con la emoción y el bullicio del comercio, el entretenimiento y la gastronomía, lo que le ha dado suficiente fama como para considerarse uno de los lugares más vibrantes y animados del mundo. Durante el día, la plaza está llena de puestos de venta donde los vendedores ofrecen una variedad de productos, desde artesanías y recuerdos hasta deliciosas frutas y especias. Los encantadores de serpientes, músicos y artistas callejeros también aportan su toque mágico a la atmósfera, atrayendo a los visitantes con sus habilidades.
Sin embargo, es cuando cae la noche que la Jemaa el-Fnaa cobra vida de manera verdaderamente espectacular, gracias a los diferentes aromas tentadores y los sabores exóticos que invitan a los turistas a probar una experiencia culinaria única. La plaza se transforma en un emocionante mercado de comida, donde los puestos ofrecen una amplia selección de platos tradicionales marroquíes, como tajines, cuscús y brochettes, entre otros.
Palacio de la Bahía
El Palacio de la Bahía, ubicado en Marrakech, fue construido por el visir Si Moussa en el siglo XIX, posteriormente el palacio fue ampliado y embellecido por el Gran Visir Bou Ahmed, quien se inspiró en el famoso palacio de La Alhambra en Granada, España. Los visitantes que recorren el Palacio de la Bahía quedan maravillados por sus espléndidos patios, jardines y salas ricamente decoradas. Los intrincados mosaicos, las elegantes columnas, los techos decorados y las fuentes reflejan la arquitectura islámica y andaluza, ocasionando un ambiente de ensueño.
Los amplios jardines del palacio ofrecen un oasis de tranquilidad en medio del bullicio de la ciudad, con hermosos parterres de flores y sombreados rincones para descansar y relajarse. Además, las salas del palacio albergan una fascinante colección de artefactos históricos y arte islámico que vuelven al Palacio de la Bahía, una visita obligada para los amantes de la arquitectura, la historia y la cultura.
Jardín Majorelle
El Jardín Majorelle se trata de un oasis de belleza y serenidad en medio del bullicio de la ciudad que fue creado por el pintor francés Jacques Majorelle en la década de 1920. El jardín combina exuberantes vegetaciones, vibrantes colores y elementos arquitectónicos únicos para desarrollar un lugar mágico y encantador. El azul intenso que cubre muchas de las paredes y estructuras del jardín, conocido como “azul Majorelle”, genera un impresionante contraste con el verde exuberante de las plantas y las flores que lo rodean.
Los visitantes pueden pasear por senderos sombreados, admirar la colección de cactus y plantas exóticas, y disfrutar de la tranquilidad de los estanques y fuentes. En caso de que seas un fan de la historia marroquí, también puedes explorar el Museo Berber, que exhibe una impresionante colección de arte y artesanía bereber. Esta es una visita obligada para los amantes de la botánica, la arquitectura y el arte, pues el Jardín Majorelle ofrece una experiencia única en el corazón de Marrakech.
Palacio El Badi
Construido en el siglo XVI por el sultán Ahmed al-Mansur como un palacio espectacular, El Badi hoy en día es un lugar turístico fascinante que evoca la grandeza y la opulencia de la época. Aunque gran parte del palacio fue saqueado y destruido a lo largo de los siglos, todavía podrás apreciar las imponentes ruinas y estructuras originales. Además, los visitantes pueden explorar los vastos patios, los restos de las salas ricamente decoradas y los jardines exuberantes.
Desde lo alto de las murallas, se puede disfrutar de impresionantes vistas de la ciudad y las montañas circundantes. Sumado a esto, el palacio alberga un museo que exhibe artefactos y arte que cuentan la historia de Marrakech y la dinastía saadí. Sin duda, el Palacio El Badi es un punto que transporta a los visitantes a tiempos pasados y les permite imaginar la magnificencia de la antigua corte real.
Qué comer en Marrakech
Descubrir la deliciosa gastronomía de Marrakech es una experiencia que deleita todos los sentidos y sumerge a los visitantes en la cultura y tradiciones culinarias de Marruecos. En los zocos y calles de la ciudad, se encuentran una gran variedad de platos y sabores únicos que harán que los amantes de la comida queden encantados. La primera parada será para degustar los platos tradicionales marroquíes, como el cuscús, que es una mezcla de sémola de trigo y verduras acompañada de carne tierna y especias exquisitas; o el tajín, un guiso cocinado a fuego lento en un recipiente de cerámica con una mezcla de carne, pollo o pescado con verduras y frutas secas.
No puedes dejar de probar el famoso pan marroquí, conocido como khobz, que se sirve en todas las comidas y es perfecto para acompañar los platos. Además, no te pierdas la oportunidad de degustar las pastillas, que son hojaldres rellenos de carne o pollo, y los deliciosos dulces como los pastelitos de almendra y miel. Para los más aventureros, los puestos de comida callejera en la famosa plaza Jemaa el-Fnaa ofrecen una amplia variedad de opciones, desde brochetas de carne a la parrilla hasta tortitas recién hechas y deliciosos zumos de frutas.