Casablanca, la mayor ciudad de Marruecos, es un singular centro de comercio, cultura y turismo que combina la modernidad con el encanto tradicional. Esta ciudad, con su ubicación estratégica en la costa atlántica, ha evolucionado desde un puerto pesquero hasta convertirse en una metrópolis cosmopolita que atrae a visitantes de todo el mundo. La ciudad es conocida por su impresionante arquitectura, su rica historia y una escena culinaria diversa que refleja la fusión de influencias marroquíes, árabes y francesas. A pesar de no ser tan visitada como Marrakech, Tánger, Rabat o Fez, Casablanca es una parada obligatoria para aquellos viajes a Marruecos completo en los que perderse por este país africano durante más de 1 semana.
Este guía completa sobre qué ver, qué hacer y dónde comer en Casablanca, ayudará a los visitantes a aprovechar al máximo su estancia. De esta manera, podrán descubrir las majestuosas vistas de la Mezquita Hassan II y los bulliciosos mercados de la antigua Medina. Casablanca ofrece una amplia gama de experiencias que satisfacen todos los intereses y gustos, permitiendo disfrutar de un sinfín de atracciones turísticas en la ciudad, destacando los lugares históricos y culturales que narran la historia de Casablanca.
Además, la gastronomía de Casablanca es otro aspecto que no se puede pasar por alto. La ciudad es un paraíso para los amantes de la comida, con una variedad de platos tradicionales y modernos que deleitarán a cualquier paladar. Algunos platos imprescindibles que comer en Casablanca son delicias únicas marroquís para degustar como el tagine, el couscous y la famosa pastilla.
Mezquita Hassan II
La Mezquita Hassan II es una de las estructuras más emblemáticas y grandiosas del mundo islámico, siendo inaugurada en el año 1993. Esta imponente mezquita fue un proyecto visionario del rey Hassan II, quien deseaba construir un monumento que destacara la importancia del islam en la vida de los marroquíes y simbolizara la modernidad y el progreso del país. Una de las características más destacadas de la Mezquita Hassan II es su ubicación única, al estar construida parcialmente sobre el océano Atlántico, parece flotar sobre las aguas, lo que le confiere una majestuosidad incomparable. Este diseño se inspira en un verso del Corán que dice: «El trono de Dios estaba sobre el agua». Por otro lado, el minarete de la mezquita, que fue el más alto del mundo hasta 2019, sirve como un faro de guía, emitiendo una luz orientada hacia La Meca.
La arquitectura de la mezquita es un testimonio del esplendor del arte islámico, ya que, los mejores artesanos marroquíes trabajaron en su construcción, utilizando materiales como el mármol, la madera y el mosaico para crear intrincados diseños geométricos y caligrafía árabe. El techo de la sala de oración, que puede abrirse para permitir la entrada de luz natural, es otra maravilla de la ingeniería y la estética. Además de su función religiosa, la Mezquita Hassan II también es un centro cultural, al albergar una biblioteca, una escuela coránica y un museo, y, al estar abierta a los visitantes no musulmanes, lo que la convierte en un puente entre culturas y religiones.
El Corniche
El Corniche de Casablanca es uno de los lugares más fascinantes de la ciudad, ofreciendo una mezcla perfecta de ocio, cultura y belleza natural. Este extenso paseo marítimo se sitúa a lo largo de la costa del océano Atlántico, extendiéndose desde el barrio de Ain Diab hasta el famoso faro de El Hank. El Corniche es conocido por sus playas, que atraen a residentes y turistas por igual, especialmente durante los cálidos meses de verano. Estas playas de Ain Diab, con su arena dorada y aguas cristalinas, son ideales para nadar, tomar el sol y practicar deportes acuáticos.
Además de sus atractivos naturales, El Corniche es un centro de vida nocturna y entretenimiento. El área está repleta de bares, discotecas y restaurantes que ofrecen una variedad de opciones culinarias, desde cocina tradicional marroquí hasta platos internacionales. Por la noche, el Corniche cobra vida con luces brillantes y música, convirtiéndose en el lugar perfecto para disfrutar de una noche animada con amigos o familiares.
Plaza Mohammed V
La plaza Mohammed V es un interesante centro de actividad en Casablanca y uno de los lugares más icónicos de la ciudad. Esta plaza histórica, nombrada en honor al rey Mohammed V, es un punto de referencia importante para las visitas a la ciudad que combina la rica historia de Marruecos con su dinamismo contemporáneo. La plaza es conocida por su impresionante arquitectura colonial francesa y marroquí, reflejando el período del protectorado francés en Marruecos. Alrededor de la plaza se encuentran varios edificios gubernamentales y administrativos clave, como el Palacio de Justicia, el Banco de Marruecos y la Oficina Central de Correos. Estos edificios, con sus fachadas blancas y detalles artísticos, añaden un aire de solemnidad y belleza al área.
En el centro de la plaza Mohammed V, se encuentra una espectacular fuente que es una atracción en sí misma. La fuente, con su iluminación y juegos de agua, crea un espectáculo visual, especialmente al anochecer. Este lugar no solo es un punto de encuentro popular para locales y turistas, sino también un espacio donde se celebran diversos eventos culturales y sociales a lo largo del año.
La antigua Medina
La antigua Medina de Casablanca es un fascinante enclave histórico que ofrece un vistazo al pasado de la ciudad antes de su modernización y expansión. Este laberinto de callejuelas estrechas y bulliciosas, situado en pleno corazón de Casablanca, es un mundo aparte del resto de la metrópolis, encapsulando la esencia del Marruecos tradicional con su arquitectura, mercados y vida cotidiana. A diferencia de la Medina de Marrakech o Fez, la de Casablanca es más pequeña, pero no menos encantadora. En este lugar, los visitantes pueden perderse en un entramado de calles sinuosas donde cada esquina revela algo nuevo, ya sean vibrantes zocos llenos de especias aromáticas, frutas frescas y artesanías o tiendas que venden ropa tradicional, joyas y recuerdos.
Entre los atractivos de la Antigua Medina se encuentran sus históricos edificios y mezquitas. Aunque muchos de ellos no son tan ostentosos como los monumentos modernos de la ciudad, poseen un encanto y una autenticidad que transportan a los visitantes a tiempos pasados. Uno de los puntos destacados es la mezquita de Chleuh, un lugar de culto que refleja la arquitectura islámica clásica con sus detalles intrincados y su minarete distintivo.
Tamaris Aquaparc
Tamaris Aquaparc es uno de los destinos de entretenimiento acuático más populares de Casablanca, situado a unos kilómetros al suroeste del centro de la ciudad. Este parque acuático ofrece una escapada perfecta para familias, amigos y turistas que buscan diversión y emoción bajo el sol marroquí, al contar con una amplia variedad de atracciones y servicios. Este parque cuenta con una impresionante gama de toboganes y atracciones acuáticas que satisfacen a todas las edades y niveles de adrenalina, desde los vertiginosos toboganes de alta velocidad para los buscadores de emociones hasta las piscinas de olas y ríos tranquilos para quienes prefieren una experiencia más relajada.
Además de las atracciones acuáticas, Tamaris Aquaparc ofrece una variedad de servicios para que los visitantes disfruten de un día completo de recreo. Dentro del parque hay numerosos restaurantes y puestos de comida que sirven bocadillos o comidas completas, asegurando que nadie pase hambre durante su experiencia. Además, también hay zonas de descanso con sombrillas y tumbonas, perfectas para relajarse entre chapuzones.
Qué comer en Casablanca
Comer en Casablanca es una experiencia culinaria que refleja la rica diversidad cultural y las tradiciones gastronómicas de Marruecos. Como la ciudad más grande del país y un importante puerto, Casablanca es un crisol de influencias culinarias, desde la cocina marroquí tradicional hasta sabores internacionales. La cocina marroquí es famosa por sus especias y sabores complejos, y Casablanca no es una excepción. En esta ciudad se pueden degustar platos emblemáticos como el cuscús, el tajín y la pastilla. El cuscús, a menudo considerado el plato nacional, se sirve tradicionalmente los viernes y se acompaña de una variedad de carnes y verduras. El tajín, cocinado a fuego lento en una olla de barro con el mismo nombre, combina carnes tiernas con frutas secas y especias como el azafrán y la canela. La pastilla, un hojaldre relleno de carne de ave y almendras, es una delicia que combina sabores dulces y salados.
Además de estos platos tradicionales, Casablanca ofrece una vibrante escena de mariscos gracias a su ubicación costera. El pescado fresco y los mariscos son una parte básica de la dieta local, pudiéndose disfrutar en una variedad de preparaciones, desde parrilladas simples hasta elaboradas recetas en restaurantes de lujo. La ciudad también está repleta de mercados y puestos de comida callejera donde se pueden probar pequeñas delicias como los briouats (pastelitos rellenos), las chebakias (dulces de miel y sésamo) y el clásico pan marroquí, a menudo acompañado de aceitunas y aceite de argán.