Situada en la costa noreste de la isla, La Valeta es una ciudad de lujos que combina la antigua arquitectura con una vibrante vida contemporánea. Al caminar por las calles de La Valeta, es imposible no quedar impresionado por la majestuosidad de la Catedral de San Juan, una obra maestra barroca que alberga pinturas de Caravaggio y otros tesoros artísticos. Otro punto destacado es el Palacio del Gran Maestre, una imponente fortaleza que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y alberga una fascinante colección de artefactos históricos.
La Valeta también es famosa por sus fortificaciones, incluido el Fuerte San Elmo, que desempeñó un papel crucial durante el Gran Sitio de 1565. Pero el lugar no se basa enteramente en historia, sino que también es un centro de vida urbana vibrante. Donde destacan callejuelas que albergan tiendas boutique, cafés acogedores y restaurantes de primera clase que ofrecen una deliciosa muestra de la gastronomía maltesa. Con todo esto dicho, pasemos a conocer lo que ver, que hacer y que comer en La Valeta.
Jardines Superiores e Inferiores de Barrakka
Los Jardines Superiores e Inferiores de Barrakka se encuentran ubicados sobre los bastiones de San Pedro y San Pablo; construidos en el siglo XVI, son un lugar perfecto para admirar el Gran Puerto y las Tres Ciudades. Originalmente recreativos para los caballeros de la Orden de San Juan, estos jardines ahora son un punto de encuentro para turistas y lugareños por igual. Además de su belleza natural, los Jardines Superiores albergan monumentos conmemorativos de figuras destacadas como Gerald Strickland y Winston Churchill, junto con la réplica de la escultura «Les Gavroches» de Antonio Sciortino.
A unos 500 metros de distancia se encuentran los Jardines Inferiores de Barrakka, construidos sobre el bastión de San Cristoforo. Menos concurridos que los superiores, estos jardines son apreciados por los lugareños y ofrecen una experiencia más tranquila. Aquí, un pequeño templo de estilo griego conmemora a Alexander Ball, el almirante británico que liberó Malta de la ocupación francesa. Además, el Siege Bell Memorial, un monumento dedicado a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial, agrega un toque emotivo al lugar, con su campana que suena diariamente a las 12:00 y la inscripción que recuerda la protección en tiempos de guerra.
Catedral de San Juan de La Valeta
La Catedral de San Juan, en La Valeta, es un magnífico ejemplo de arquitectura religiosa y arte barroco. Construida entre 1572 y 1578 por la Orden de Malta bajo la dirección del gran maestre Jean de la Cassière, esta catedral dedicada a San Juan Bautista es una obra maestra de Glormu Cassar, el arquitecto maltés. Su fachada austera contrasta fuertemente con el interior exuberante y ricamente decorado. Dentro de la catedral, los visitantes quedan maravillados por la obra de Mattia Preti, quien creó los intrincados muros de piedra tallada y pintó el techo abovedado con escenas de la vida de San Juan.
Cada rincón está meticulosamente adornado, desde los altares hasta las capillas que albergan monumentos dedicados a diversos santos patrones de las lenguas de la Orden de Malta. Destacando las obras de arte, la catedral alberga «La decapitación de San Juan Bautista» de Caravaggio, una obra maestra del claroscuro barroco, junto con otras piezas significativas como «San Jerónimo escribiendo». Además, las lápidas de mármol que adornan la nave cuentan la historia de la Orden y sus caballeros, incluido su fundador Jean Parisot de la Vallette.
Fuerte de San Telmo
El Fuerte de San Telmo está situada en la península Sciberras, protegiendo la entrada al Gran Puerto y el puerto Marsamxett. Inicialmente, fue edificada como una torre de vigilancia en 1533, donde se convirtió en un bastión clave para la defensa de la ciudad. Más tarde, durante el asedio turco, la guarnición de San Telmo, compuesta por unos cien caballeros y setecientos soldados, demostró un coraje excepcional enfrentando un bombardeo masivo y asaltos repetidos durante más de un mes.
Aunque finalmente cayó en manos turcas el 23 de junio de 1565, la resistencia de sus defensores fue fundamental para el éxito posterior de los Caballeros de Malta. Tras su destrucción durante el asedio, el fuerte fue reconstruido y reforzado, y parte de él se integró en las defensas de La Valeta. Hoy en día, alberga la academia de policía de Malta y el Museo de Guerra, donde se exhibe la Cruz de Jorge original otorgada a Malta por el rey Jorge VI en 1942.
Casa Rocca Piccola
Casa Rocca Piccola en La Valeta es un tesoro histórico que nos transporta al esplendor del siglo XVI, hogar de la noble familia maltesa de Piro durante generaciones y que en la actualidad abre sus puertas para ofrecer fascinantes recorridos diarios. Al adentrarse en Casa Rocca Piccola, los visitantes pueden admirar su arquitectura palladiana y su diseño interior que refleja la opulencia de la época. Con más de cincuenta habitaciones, incluyendo dos bibliotecas, dos comedores, múltiples salones y una capilla, la casa es un testimonio vivo de la historia y el arte de Malta y Europa.
Una de las características únicas de Casa Rocca Piccola es su refugio antiaéreo, construido antes de la Segunda Guerra Mundial, que muestra el ingenio y la adaptabilidad de la familia en tiempos difíciles. Los tesoros dentro de Casa Rocca Piccola incluyen una extensa colección de muebles, plata y pinturas, así como la mayor colección privada de trajes antiguos y encaje maltés en Malta. Además de su valor histórico, Casa Rocca Piccola es un centro de investigación con el Archivium de Piro, que contiene registros detallados desde el siglo XVI hasta la actualidad, utilizados en proyectos de investigación académica.
Palacio del Gran Maestre
El Palacio del Gran Maestre fue construido en 1571 por Girolamo Cassar y remodelado a lo largo de los siglos. Ahora alberga la Presidencia de la República de Malta y es un sitio de patrimonio gestionado por Heritage Malta. La fachada principal del palacio presenta un estilo manierista sencillo y austero, con entradas arqueadas rodeadas por portales ornamentados y balcones de madera cerrados. El Salón del Trono, una de las estancias más destacadas, está decorado con pinturas murales de Matteo Perez d’Aleccio que representan el Gran Asedio de Malta.
Otras salas estatales incluyen la Sala de Tapices, el Comedor Estatal y la Sala del Embajador, todas ellas decoradas con un estilo opulento que refleja la grandeza de la época. Una de las atracciones más fascinantes es la armería del palacio, que exhibe una valiosa colección de armaduras, armas de fuego, espadas y cañones, incluida la armadura del Gran Maestre Alof de Wignacourt.
En las cercanías de La Valeta
Existen una variedad de lugares turísticos fascinantes en las cercanías de La Valeta que vale la pena explorar, empezando por el hipogeo de Hal Saflieni, una estructura subterránea única en el mundo que data de alrededor del año 4000 a.C. Este sitio arqueológico es conocido por sus cámaras funerarias talladas en roca e impresionantes pasillos, que ofrecen una visión intrigante de la antigua civilización maltesa.
Otro lugar destacado es el Jardín Botánico San Anton, situado en Attard, a poca distancia de La Valeta. Este jardín paisajístico cuenta con una amplia variedad de plantas exóticas y locales, así como con fuentes, estanques y esculturas, creando un ambiente sereno y encantador para pasear y relajarse. Por último, la ciudad medieval de Mdina, también conocida como la «Ciudad Silenciosa», está ubicada a pocos kilómetros de La Valeta. Explorar sus estrechas callejuelas y sus antiguas fortificaciones es como dar un paso atrás en el tiempo a la historia de Malta.
Qué comer en La Valeta
Uno de los platos más emblemáticos de Malta es el «Pastizzi»; delicias de hojaldre rellenas de ricotta fresca o guisado de guisantes, perfectas para un tentempié rápido mientras recorres las calles de La Valeta. Otra opción popular son los «Ftira», sándwiches malteses elaborados con pan plano horneado en horno de leña y rellenos de ingredientes frescos como atún, tomate, aceitunas y queso.
Para una experiencia gastronómica más completa, prueba el «Bragioli», rollos de carne de res rellenos con panceta, huevo duro y queso, cocinados en una salsa de tomate y vino. También puedes probar el «Lampuki Pie», un pastel de pescado hecho con la captura local, especialmente popular durante la temporada de lampuki (pez espada). Y para acompañar tus comidas, no olvides degustar el vino local, como el vino blanco «Girgentina» o el tinto «Merlot».