San Julián, situada en la costa este de Malta, es un destino vibrante y versátil que ofrece una mezcla perfecta de ocio, entretenimiento y cultura. Una de las joyas de San Julián es la Bahía de Spinola, un encantador puerto lleno de coloridos luzzus (barcas de pesca maltesas). Aquí, los visitantes pueden pasear por el paseo marítimo, disfrutar de vistas panorámicas y cenar en alguno de los numerosos restaurantes que bordean la bahía. Otra visita obligada es el Distrito de Paceville, el epicentro de la vida nocturna de Malta, repleto de bares, discotecas y casinos que ofrecen diversión hasta altas horas de la madrugada.

Esta ciudad también alberga algunas joyas históricas y culturales, como la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Monte Carmelo, una impresionante estructura neogótica situada en la bahía de Balluta. Adentrándonos en su gastronomía, San Julián es un reflejo de la diversidad cultural de Malta, con una abundancia de restaurantes que ofrecen especialidades como el fenkata (conejo estofado) o el lampuki pie (pastel de pescado). Así pues, conozcamos a fondo lo que hay que ver, que hacer y comer en San Julián.

Bay Street

Bay Street es ni más ni menos que un complejo comercial, hotelero y de ocio, ideal para aquellos que buscan una experiencia completa y diversa, abierta los siete días de la semana de 10 am a 10 pm. Fue inaugurado el 25 de noviembre de 2000, se encuentra en el corazón de Paceville, la principal zona de vida nocturna de Malta, y ofrece impresionantes vistas a la bahía de St. George. Con aproximadamente 65 puntos de venta, Bay Street es el complejo comercial más grande de la isla, albergando una variedad de tiendas de marcas internacionales, cafeterías, restaurantes y bares.

También se destaca por su enfoque en el entretenimiento familiar, organizando una amplia gama de eventos en vivo que atraen tanto a locales como a turistas. Entre sus instalaciones, se incluye un centro de artesanía donde los visitantes pueden comprar productos locales únicos y un parque de pelota diseñado especialmente para los más pequeños. El complejo no solo ofrece ocio y compras, sino también alojamiento de calidad con su hotel y varios apartamentos de un dormitorio, proporcionando comodidad y conveniencia en una ubicación privilegiada.

Casino Dragonara

El Palacio Dragonara fue creado en 1870 como residencia de verano de la familia Scicluna, situado en Dragonara Point, una península con vistas espectaculares al mar Mediterráneo. Más tarde, en 1964, se convertiría en un casino, y pasaría a llamarse «Casino Dragonara», que desde entonces ha sido fundamental para el desarrollo turístico de la zona. Con más de 350,000 visitantes anuales, es el casino más popular de Malta. Además del casino, los visitantes pueden explorar los jardines históricos del palacio, aunque parte de ellos fue reemplazada por el hotel The Westin Dragonara y el estacionamiento del casino.

Sin embargo, el Jardín Hundido, con sus fuentes y olivos, aún ofrece un tranquilo refugio dentro del complejo hotelero. Dentro del palacio, los frescos de Vincenzo Maria Cremona adornan algunas habitaciones, agregando un toque de arte y cultura a la experiencia del visitante. La entrada principal al complejo, marcada por un arco con la inscripción «Deus Nobis Haec Otia Fecit» y custodiada por cariátides de estilo egipcio, invita a los turistas a un mundo de lujo y entretenimiento.

Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Monte Carmelo

La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Monte Carmelo es una edificación de estilo neogótico ubicado en la Bahía de Balluta. Su historia comienza con una pequeña capilla diseñada por Giuseppe Bonavia en 1859. La iglesia pasó a manos de los frailes carmelitas, quienes en 1900 encargaron una nueva reconstrucción bajo la dirección del arquitecto Gustavo R. Vincenti y, tras su fallecimiento, de Joseph M. Spiteri. Años después, hitos como la ampliación de la iglesia en 1958 y su designación como parroquia en 1974 cimentaron las bases de su relevancia religiosa, culminando en su dedicación el 12 de diciembre de 1984.

Sobre su diseño, el exterior de la iglesia se destaca por su estilo neogótico, con esbeltas torres y detalles ornamentales que capturan la atención. En el interior, los visitantes pueden admirar la serenidad del espacio sagrado, así como las hermosas vidrieras y altares detallados. La iglesia ofrece un ambiente de paz y reflexión, siendo un lugar ideal para contemplar la espiritualidad y la historia.

Distrito de Paceville

Paceville, el vibrante distrito al este de San Julián, es el corazón palpitante de la vida nocturna en Malta. Situado estratégicamente entre la bahía de Spinola y la bahía de San Jorge, este animado enclave alberga una impresionante concentración de bares, pubs, restaurantes, discotecas y hoteles, atrayendo tanto a turistas como a locales que buscan entretenimiento sin fin. Los orígenes de Paceville se remontan a las décadas de 1920 y 1930, cuando el Dr. Giuseppe Pace construyó residencias junto al mar en una pequeña bahía conocida como «il-Qaliet».

El distrito ha evolucionado continuamente, adaptándose a las demandas de un flujo constante de visitantes internacionales. Durante el día, los visitantes pueden disfrutar de las playas cercanas y las actividades acuáticas, mientras que al caer la noche, Paceville se convierte en un paraíso para los amantes de la fiesta, con sus discotecas y bares ofreciendo entretenimiento hasta altas horas de la madrugada. Con la entrada gratuita en la mayoría de sus locales nocturnos y un ambiente acogedor para jóvenes a partir de 17 años, Paceville asegura una experiencia accesible y emocionante.

Bahía de Snipola

La Bahía de Spinola se trata de un lugar que combina una gran cantidad de restaurantes y bares, en los cuales los visitantes pueden disfrutar de una variedad de cocinas, desde la tradicional maltesa hasta la sofisticada italiana. Rodeada de edificios pintorescos y tiendas, la bahía es un lugar animado, ideal para cenar al aire libre o tomar una copa con vistas al mar. Durante el día, la bahía es perfecta para pasear tranquilamente a lo largo del agua, admirando las pintorescas barcas de pesca conocidas como «luzzu» y el bullicio de la vida marina.

Por la noche, la bahía se ilumina con una decoración que crea un ambiente mágico, ideal para paseos nocturnos. Las opciones de entretenimiento son abundantes, desde pubs y discotecas hasta playas cercanas. Los visitantes pueden relajarse en elegantes restaurantes o disfrutar de una comida rápida en uno de los muchos locales disponibles. Además, las áreas de juego para niños hacen de la bahía un lugar ideal para un paseo familiar.

A corta distancia de San Julián

A corta distancia de San Julián, Malta, hay una variedad de atracciones turísticas que enriquecen cualquier visita a la isla. Uno de los lugares más cercanos es Sliema, una ciudad costera conocida por su extensa promenade, tiendas de moda, y cafés con vista al mar. Más al sur, se encuentra la capital de Malta, La Valeta, una ciudad histórica de arquitectura barroca, que ofrece monumentos impresionantes como la Catedral de San Juan, el Palacio del Gran Maestre y los Jardines Upper Barrakka, desde donde se obtiene una vista panorámica del Gran Puerto.

Otra opción cercana es la localidad de Mdina, conocida como la «Ciudad Silenciosa». Este antiguo asentamiento, con su arquitectura medieval y barroca, ofrece una atmósfera tranquila y vistas espectaculares desde sus murallas. Mdina alberga también el Museo de Historia Natural y la Catedral de San Pablo. Finalmente, podrías optar por la Isla Manoel, un pequeño islote que alberga el Fuerte Manoel, joya arquitectónica del siglo XVIII.

Qué comer en San Julián

San Julián, una de las gemas costeras de Malta, no solo es famosa por su movida vida nocturna y sus impresionantes vistas al mar, sino también por su oferta gastronómica variada y deliciosa. Un platillo que no te puedes perder es el «Lampuki Pie», una tarta de pescado hecha con dorado, espinacas, coliflor, castañas y pasas. Este platillo es particularmente popular durante la temporada de pesca de lampuki, que va de agosto a noviembre.

Otra delicia local es el «Timpana,» una especie de lasaña maltesa que combina macarrones con salsa de carne, huevos y queso, todo envuelto en una capa de hojaldre y horneado hasta que quede dorado y crujiente. Este plato es una muestra perfecta de la influencia italiana en la cocina maltesa. Si buscas algo más exótico, prueba el «Kawlata,» un guiso tradicional maltes de invierno hecho con una mezcla de carne de cerdo, repollo, patatas, y diversas verduras. Este platillo se sirve caliente y es ideal para recuperar energías después de un día explorando la isla.