Sewell, conocida como «La Ciudad de las Escaleras», es un testimonio vivo del pasado minero de Chile y un sitio que ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ubicada en lo alto de los Andes chilenos, esta ciudad fantasma, aunque abandonada, respira historia, cultura y nostalgia por los días de gloria de la minería del cobre en el país.

Fundada en 1905, Sewell fue una de las principales minas de cobre en Chile, y su auge marcó el desarrollo del país. La ciudad funcionaba como una comunidad minera completamente autosuficiente, albergando a miles de trabajadores y sus familias. La particularidad de Sewell radica en su arquitectura: debido a su ubicación en un terreno montañoso, las calles son escaleras que se entrelazan entre las casas y edificios, convirtiéndola en una ciudad vertical única en su tipo.

Algunos lugares para visitar

Hoy en día, Sewell se encuentra en un estado de abandono, pero sus edificios y estructuras aún están en pie, preservando la esencia de su pasado. Los visitantes pueden recorrer sus calles escalonadas y descubrir la vida pasada a través de sus casas, teatros, iglesias y la red de funiculares que alguna vez transportaron el mineral extraído de las minas. Entre sus puntos de interés más destacados, podemos mencionar los siguientes:

  • Teatro Sewell: Un teatro en la cima de la montaña, donde solían presentarse diversas obras de la época, ofreciendo un vistazo al entretenimiento de aquel entonces.
  • Edificio Comunitario y Mercado: El centro neurálgico de la vida cotidiana en Sewell, donde los residentes se abastecían de alimentos y bienes esenciales.
  • Viviendas y Escalinatas: Las casas de colores brillantes y las interminables escaleras son testigos silenciosos de la rutina diaria de los mineros y sus familias.

Explorar Sewell es un viaje en el tiempo, en el que las vistas panorámicas desde lo alto de la ciudad permiten apreciar la grandeza de los Andes y la inmensidad del valle. Además, su estado de conservación y la ausencia de turistas masivos brindan una sensación de autenticidad y misterio que cautiva a los aventureros y amantes de la historia. Es un destino que conecta con las raíces industriales del país y ofrece una visión única de la vida en las alturas, donde la historia y la naturaleza se entrelazan en un escenario imponente y conmovedor.

Que comer en Sewell

La oferta gastronómica en Sewell es modesta, pero auténtica; algunos rincones conservan el espíritu de los tiempos mineros, ofreciendo platos sencillos como guisos de legumbres, preparaciones con carnes locales y productos básicos que alimentaban a los trabajadores. Debido a la ausencia de restaurantes, una opción común es llevar tu propia comida para disfrutar de un picnic en lo alto de las montañas. Esto te permite disfrutar de las impresionantes vistas mientras degustas tus alimentos.

Por esta razón, asegúrate de comer algo en la «Carretera del Cobre» antes de llegar a la cima de Sewell, especialmente en Rancagua, que contiene un enorme centro comercial con un par de restaurantes. Puedes probar platos típicos chilenos como empanadas, completos (hot dogs chilenos), y platos a base de pescados y mariscos, aunque estos pueden ser menos comunes debido a la distancia de Sewell respecto a las costas. Los sabores locales pueden incluir preparaciones con productos andinos como la quinua, papas, y otras hortalizas típicas de la región.