Oculta en el norte de Italia, Padua es una joya ubicada en Veneto, impregnada de arte y cultura, donde cada calle emana una fascinante historia por descubrir. Uno de los puntos emblemáticos es la Basílica de San Antonio, un majestuoso templo que alberga los restos del santo patrón de la ciudad y que sorprende con su arquitectura románica y bizantina. El Prato della Valle, una impresionante plaza circular rodeada de estatuas y canales, es otro punto de interés que evoca la grandeza de la antigua Padua. Por otra parte, los amantes del arte no pueden perderse la Capilla de los Scrovegni, adornada con los magníficos frescos de Giotto que narran historias bíblicas con una maestría incomparable.

Pero Padua no solo encanta con su legado cultural, sino también con su exquisita gastronomía. Los platos tradicionales como el risotto con radicchio, el bacalao mantecato o el famoso tiramisú, originario de la región, deleitan los paladares más exigentes y son un reflejo de la pasión culinaria de esta ciudad. Con todas estas características, esta región se presenta como un destino imperdible en cualquier viaje a Italia, así que veamos más a fondo lo que hay que ver, que hacer y comer en Padua.

Capilla de Los Scrovegni

La Capilla de los Scrovegni en Padua es un tesoro del arte renacentista italiano y una joya cultural que atrae a visitantes de todo el mundo. Ubicada junto al Monasterio de los Eremitas, esta pequeña iglesia alberga un ciclo de frescos de Giotto, que datan de alrededor de 1305 y son considerados una obra maestra del arte occidental. Los frescos de la Capilla de los Scrovegni son una ventana al pasado, narrando historias bíblicas y escenas religiosas con una profundidad y realismo sorprendentes para su época. Desde la Anunciación hasta el Juicio Final, cada fresco cuenta una historia con detalles meticulosamente pintados que capturan la emoción y la espiritualidad de los temas representados.

El ciclo de frescos de Giotto en la Capilla de los Scrovegni ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad, formando parte de una serie de ocho bienes en Padua que destacan por su importancia histórica y artística. Los visitantes que exploran este lugar tienen la oportunidad de sumergirse en el arte y la historia, maravillándose con la habilidad y la visión artística de uno de los maestros del Renacimiento italiano.

Jardín Botánico de Padua

El Jardín Botánico de Padua, fundado en 1545, es el jardín botánico universitario en funcionamiento más antiguo del mundo, situado en su ubicación actual desde 1591. Con una extensión de casi 22 mil metros cuadrados, este jardín es un oasis de conocimiento y belleza natural. Una de las características más destacadas del Jardín Botánico de Padua es su muro circular construido en 1552, que rodea la estructura y originalmente se utilizaba para cultivar hierbas medicinales. En su interior, el jardín se divide en cuatro secciones principales, cada una con lechos de plantas organizados según criterios taxonómicos, utilitarios, ecológicos y ambientales.

El jardín alberga alrededor de 6.000 tipos de plantas, destacando especialmente: plantas medicinales, plantas venenosas, plantas insectívoras, plantas acuáticas, crasas, orquídeas, y una variedad de ecosistemas como el maquis mediterráneo y el Jardín Alpino. Entre las atracciones del jardín se encuentra la palma de San Pedro, plantada en 1585 y admirada por Goethe, junto con numerosas especies introducidas por primera vez en Italia, como el Ginkgo biloba, la magnolia y el girasol.

Prato della Valle

Prato della Valle, la imponente plaza elíptica de Padua, encanta a los visitantes con sus 90 000 metros cuadrados, la plaza más grande de Italia y una de las más grandes de Europa, un lugar que ha sido testigo de innumerables eventos a lo largo de los siglos. Conocida cariñosamente como Il Prato por los paduanos, esta plaza solía ser llamada «valle sin hierba» debido a la gran cantidad de árboles que dificultaban el crecimiento de la vegetación. Sin embargo, en la actualidad, su amplio espacio está cubierto de verde, con pequeños árboles que añaden frescura al entorno.

Después de un período de degradación en los años 90, el Prato della Valle fue restaurado gracias a proyectos de recuperación y el esfuerzo de los ciudadanos. En verano, la plaza cobra vida con patinadores, paseantes y estudiantes disfrutando del sol y la atmósfera animada. Por las noches, se convierte en un punto de encuentro para charlas animadas entre jóvenes que prolongan sus conversaciones hasta altas horas de la madrugada. Además, el Prato también es escenario de eventos culturales y festividades como el Festivalbar y celebraciones durante Año Nuevo y la Fiesta de la Asunción en agosto, con música y espectáculos de fuegos artificiales.

Basílica de San Antonio de Padua

La Basílica Pontificia Menor de San Antonio de Padua, conocida como il Santo entre los paduanos, es un monumental testimonio de fe y arte que atrae a millones de peregrinos cada año. Construida entre los años 1238 y 1310, alberga las veneradas reliquias de San Antonio de Padua y su tumba, convirtiéndose en uno de los santuarios más importantes del mundo cristiano. Ubicada en la piazza del Santo, la basílica se destaca por su impresionante arquitectura gótica y renacentista. Frente a ella se encuentra el famoso monumento ecuestre a Gattamelata, obra maestra de Donatello, que marca la entrada a este sagrado recinto.

El interior de la basílica es igualmente impresionante, con destacadas obras de arte como el Crocifisso della basilica del Santo y las esculturas de bronce de Donatello. El altar mayor, diseñado por Camillo Boito, es adornado por estas obras que cuentan la historia de la fe y la devoción a San Antonio. Dirigida por los franciscanos de la Orden de Frailes Menores Conventuales, la Basílica de San Antonio de Padua es un punto de encuentro para la fe, la historia y el arte, atrayendo sobre todo a aquellos que buscan conectar con la espiritualidad y la belleza que este lugar sagrado ofrece.

Palazzo della Ragione

El Palazzo della Ragione es un impresionante edificio civil en el corazón de Padua, antigua sede del gobierno y los tribunales locales, este palacio representa el esplendor de la época comunal en el norte de Italia. Su planta superior alberga el Salone, la sala en suspensión más grande del mundo, con dimensiones impresionantes de 81 metros de longitud, 27 metros de ancho y 27 metros de altura, coronada por una majestuosa bóveda de carpintería. Aunque los frescos originales atribuidos a Giotto fueron destruidos por el fuego en 1420, el Salone fue adornado con un ciclo de frescos sobre astrología entre 1425 y 1440, reflejando la fascinación de la época por el conocimiento astrológico según el estudio de Pietro d’Abano.

Su estructura busca separar las plazas de las hierbas y las frutas, donde los comerciantes locales se reunían y aún se reúnen. Bajo el Salone, se extienden dos amplias galerías comerciales que albergan principalmente tiendas de alimentación, manteniendo la tradición comercial del lugar. Por último, este majestuoso edificio no ha perdido su conexión administrativa y cultural a lo largo de los siglos, ya que está físicamente vinculado al actual Ayuntamiento al este.

A unos cuantos minutos de Padua

A pocos minutos de Padua, los turistas pueden descubrir una serie de atractivos que complementan la experiencia de visitar la ciudad. Entre ellos se encuentra la encantadora Villa Pisani, ubicada en Stra, a unos 20 minutos en coche desde Padua. Esta majestuosa villa del siglo XVIII cuenta con impresionantes jardines barrocos y opulentas salas decoradas con obras de arte, convirtiéndola en un destino imperdible para los amantes de la arquitectura y la historia.

Otro lugar cercano de interés es la Villa Foscari, también conocida como La Malcontenta, en Mira, a aproximadamente 30 minutos de Padua. Esta villa renacentista, diseñada por Andrea Palladio, destaca por su elegante arquitectura y sus bellos frescos interiores, ofreciendo una visión fascinante de la vida aristocrática del Renacimiento italiano. Para los amantes de la naturaleza, el Parco Regionale dei Colli Euganei es una opción ideal, situado a unos 25 minutos en coche desde Padua. Este parque regional ofrece paisajes montañosos, aguas termales y una variedad de rutas de senderismo y ciclismo que permiten explorar la belleza natural de la región.

Finalmente, a unos 40 minutos de Padua se encuentra la encantadora ciudad de Vicenza, famosa por sus magníficas obras arquitectónicas diseñadas por Andrea Palladio, como la Basílica Palladiana y la Villa Almerico Capra, conocida como La Rotonda. Vicenza es un destino ideal para los aficionados a la arquitectura renacentista y ofrece una agradable experiencia cultural a pocos minutos de Padua.

Qué comer en Padua

Comenzando por la mañana, no hay mejor manera de despertar que con un espresso italiano y un cornetto recién horneado en una de las acogedoras cafeterías de la ciudad. Para el almuerzo, las osterias y trattorias locales ofrecen una amplia variedad de platos tradicionales venecianos. Uno de los platos más emblemáticos es el risotto con radicchio, un arroz cremoso con la característica y deliciosa amargura de esta verdura típica de la región. Otro plato imprescindible es el baccalà mantecato, un suculento bacalao desmigado y batido con aceite de oliva y ajo, servido sobre crostini de pan crujiente.

Pero si lo que quieres comer es carne, el bollito misto es una opción irresistible. Se trata de una selección de carnes cocidas lentamente en un caldo aromático, acompañadas de mostaza de frutas y salsa verde. Este plato es una verdadera celebración de los sabores y técnicas culinarias italianas. Y por último, no se puede dejar Padua sin probar el famoso tiramisú, un postre decadente que combina capas de bizcocho empapado en café, crema de mascarpone y cacao en polvo, creando una explosión de dulzura y texturas en cada bocado.