Agra, situada en el estado de Uttar Pradesh, es una ciudad que ha ganado fama mundialmente por albergar una de las Siete Maravillas del Mundo, el Taj Mahal. Este mausoleo de mármol blanco, construido por el emperador Shah Jahan en memoria de su esposa Mumtaz Mahal, no solo es un símbolo de amor eterno, sino también una obra maestra arquitectónica que atrae a millones de visitantes anualmente.

Pero Agra tiene mucho más que ofrecer, empezando por el Fuerte de Agra, una impresionante fortaleza de arenisca roja, se erige majestuosa a orillas del río Yamuna y narra la grandeza del Imperio Mogol. Dentro de sus muros, los palacios, mezquitas y salones de audiencia reflejan el esplendor de una era pasada. Otro sitio imperdible es Fatehpur Sikri, una ciudad fantasma ubicada a unos kilómetros de Agra, que fue la capital del Imperio Mogol durante unos años bajo el reinado de Akbar el Grande.

En cuanto a la gastronomía, Agra ofrece una variedad de sabores que deleitan el paladar. Desde el famoso Petha, un dulce de calabaza cristalizada, hasta las ricas y cremosas curries mogoles y los tandooris, la comida es el fiel reflejo de una herencia multicultural que data de hace más de 500 años. Dicho esto, pasemos a conocer en profundidad todo lo que ver, que hacer y comer en Agra, la India.

Taj Mahal

El Taj Mahal es una joya arquitectónica y una de las atracciones turísticas más icónicas del mundo. Como mencionamos anteriormente, este majestuoso mausoleo de mármol blanco, situado a orillas del río Yamuna, fue encargado en 1631 por el emperador mogol Shah Jahan en memoria de su amada esposa Mumtaz Mahal. Con su diseño simétrico y detalles intrincados, el Taj Mahal es un testimonio del amor eterno y la destreza arquitectónica de la época mogol.

El complejo abarca 17 hectáreas e incluye una mezquita, una casa de huéspedes y jardines formales rodeados por un muro almenado. La construcción del mausoleo principal se completó en 1648, pero las obras adicionales continuaron hasta 1653. La estructura central está hecha de mármol blanco con incrustaciones de piedras semipreciosas, mientras que los edificios circundantes utilizan arenisca roja, creando un contraste visual impresionante.

Visitado por más de cinco millones de personas cada año, el Taj Mahal es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo. Para preservar su belleza y minimizar el impacto ambiental, el acceso vehicular está restringido cerca del complejo, y los visitantes deben caminar o utilizar autobuses eléctricos. El Taj Mahal está abierto todos los días excepto los viernes y ofrece visitas nocturnas en noches de luna llena.

Fuerte de Agra

Ubicado a 2,5 km al noroeste del Taj Mahal, el Fuerte de Agra, también conocido como Lal Qila o Fuerte Rojo, es una de las maravillas arquitectónicas más impresionantes de la India. Fue construido por el emperador mogol Akbar entre 1565 y 1573, y aunque su nombre puede causar confusión con el Fuerte Rojo de Delhi, este tiene su propia identidad y una historia que lo distingue.

Al ingresar al complejo a través de la imponente Puerta Amar Singh, los visitantes son recibidos por el Jahangiri Mahal, el único palacio que data del reinado de Akbar. Este palacio exhibe una fusión de estilos arquitectónicos hindú y mogol, la cual queda en evidencia a medida que se explora el fuerte. Este es mucho más que un simple monumento; se trata de una ciudadela amurallada que albergó a los grandes emperadores mogoles, incluidos Babur, Humayun, Akbar, Jahangir, Shah Jahan y Aurangzeb.

Tumba de Akbar

La Tumba de Akbar es un monumento imponente y una visita obligada para cualquier amante de la historia. Construida entre 1605 y 1613, esta tumba es el lugar de descanso final del gran emperador mogol Akbar. A diferencia de otros mausoleos mogoles, Akbar mismo diseñó su tumba y comenzó su construcción, un testimonio de su visión y grandeza.

El complejo de la tumba se extiende por 119 acres y está rodeado por un majestuoso jardín de estilo charbagh, dividido en cuatro secciones con senderos de piedra roja. La estructura principal de la tumba es una pirámide de cuatro pisos, coronada por un cenotafio de mármol blanco que alberga los restos de Akbar. Sumado a esto, los visitantes pueden dar un paseo por los tranquilos jardines, donde se pueden ver antílopes y pavos reales.

Fatehpur Sikri

Bajo las órdenes del emperador Akbar, la ciudad amurallada de Fatehpur Sikri se construyo entre 1571 y 1585, momento desde el cual evoluciono constantemente hasta convertirse en la capital del Imperio Mogol durante 14 años. En la zona civil, los visitantes pueden explorar zonas como el Diwan-i-Aam, un pabellón abierto que se utilizaba para las audiencias públicas del emperador; o el Diwan-i-Khas, un elegante edificio con una intrincada columna central donde Akbar celebraba sus reuniones privadas.

Por otra parte, en la zona religiosa te esperan otras estructuras muy interesantes como lo son la mezquita Jami Masjid y la majestuosa Buland Darwaza, una puerta de 54 metros de altura. Sumado a esto, la tumba de Sheikh Salim Chishti, elaborada en mármol blanco con celosías finamente talladas, es un lugar de peregrinación para muchos, que vienen a buscar bendiciones.

Mausoleo de Itmad-ud-Daula

El Mausoleo de I’timād-ud-Daulah, conocido como el «joyero» o «Bachcha Taj», se considera un predecesor del Taj Mahal y refleja la transición entre la arquitectura mogol inicial y la segunda fase más elaborada. Situado en un amplio jardín cruciforme en la orilla oriental del río Yamuna, el mausoleo es una estructura cuadrada con torres octogonales en cada esquina. Las paredes están hechas de mármol blanco de Rajastán con incrustaciones de piedras semipreciosas, creando diseños florales, arabescos y motivos iraníes. Las técnicas de incrustación y mosaico en tonos variados hacen que la ornamentación sea excepcionalmente detallada y delicada, inspirada en el arte contemporáneo de la época.

El interior del mausoleo alberga los cenotafios de Mirza Ghiyas Beg y su esposa Asmat Begum, padres de Nur Jahan y abuelos de Mumtaz Mahal. Las salas oblongas y cuadradas están decoradas con estucos, pinturas y tallados exquisitos, representando escenas de la vida cotidiana y diseños florales intrincados. Su conservación por el Servicio Arqueológico de la India asegura su preservación para las generaciones futuras como una joya del patrimonio cultural del país.

A unos cuantos minutos de Agra

Una de las principales atracciones a unos cuantos minutos de Agra es el Krishna Balaram en Vrindavan, a unos 70 kilómetros. Este templo hindú es un importante sitio de peregrinación y se destaca por su arquitectura tradicional y su ambiente espiritual. Además, a unos 35 kilómetros al oeste de Agra se encuentra el Santuario de Aves Keoladeo Ghana en Bharatpur. Un paraíso para los amantes de las aves, ya que alberga una increíble diversidad de especies avícolas, incluidas muchas aves migratorias.

A aproximadamente 55 kilómetros al sur de Agra, se encuentra Mathura, la ciudad natal del Señor Krishna. Mathura es un importante centro religioso con numerosos templos antiguos, como el Templo Dwarkadhish y el Templo Kesava Deo, que atraen a devotos y turistas por igual con su rica historia y devoción espiritual. Finalmente, a unos 80 kilómetros al norte, se encuentra la ciudad de Firozabad, famosa por su industria del vidrio que se expone en diferentes talleres y puestos en la calle.

Qué comer en Agra

La ciudad de Agra, que es famosa por ser el hogar de increíbles monumentos y estructras, también deleita a los visitantes con una variedad de sabores auténticos de la cocina india. Comencemos con un dulce típico, el Petha; un dulce de calabaza que se presenta en diferentes variantes, desde la tradicional blanca hasta sabores más innovadores como el rosa, el azafrán o el kiwi. Otra delicia que no debes perderte es el Paneer Tikka, donde el paneer (queso cottage hindú) se marina con especias y se asa a la parrilla, creando una textura suave por dentro y crujiente por fuera.

Si buscas una bebida refrescante, el Kesar Pista Lassi es una excelente opción. Este Lassi está enriquecido con azafrán y pistachos, ofreciendo un sabor cremoso y refrescante que complementa perfectamente los sabores especiados de la comida india. Puedes acompañarlo con un plato callejero, comp por ejemplo el Chaat que combina papadums crujientes, garbanzos, yogur, chutneys dulces y picantes, y una mezcla de especias.