La vibrante ciudad de Yogyakarta es conocida por ser el epicentro del arte, la educación y el patrimonio tradicional javanés. Uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad es el majestuoso Templo de Borobudur, el mayor monumento budista del mundo. Esta maravilla arquitectónica del siglo IX, con sus intrincadas tallas y panorámicas impresionantes, es un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Además, Yogyakarta alberga el Templo de Prambanan, un conjunto de templos hinduistas igualmente impresionante, dedicado a la trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva. Este complejo, también declarado Patrimonio Mundial, es un testimonio del rico legado histórico y cultural de la región. Por su parte, en el centro de Yogyakarta se encuentra el Kraton, el palacio del Sultán, que aún sirve como residencia real y es un importante centro cultural.
Aquí, los viajeros pueden encontrar desde batiks tradicionales hasta deliciosos platos locales; la gastronomía de Yogya es tan diversa como su cultura. Prueba el gudeg, un guiso dulce de yaca, o el nasi kucing, pequeñas porciones de arroz con una variedad de acompañamientos. Yogyakarta encanta con su espíritu acogedor y vibrante, haciendo de cada visita una experiencia inolvidable. Dicho esto, veamos todo lo que hay que ver, hacer y comer en Yogyakarta.
Prambanan
El complejo de templos de Prambanan, situado a unos 18 kilómetros al este de Yogyakarta, es uno de los destinos turísticos más impresionantes de Indonesia. Este conjunto monumental, que data del siglo IX, incluye más de 200 templos hindúes dedicados a la Trímurti: Brahma, Vishnu y Shiva. Reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1991, Prambanan destaca por su majestuosa arquitectura gótica hindú, reflejo de la increíble cultura y espiritualidad devota de la dinastía Sanjaya del primer Reino de Mataram.
Al recorrer Prambanan, los visitantes quedan asombrados por la grandiosidad del templo principal de Shiva, también conocido como Shivagrha, que domina el paisaje con su imponente torre central que se eleva a 47 metros de altura. El diseño del templo sigue las tradiciones del Vastu Shastra, con una estructura que simboliza el cosmos hindú y las distintas esferas de existencia, desde el Bhurloka, el mundo terrenal, hasta el Svarloka, el reino de los dioses.
Taman Sari
Taman Sari, conocido como el castillo de agua, refleja el esplendor del antiguo jardín real del Sultanato de Yogyakarta. Ubicado a unos 2 km al sur del Kraton, este complejo, construido a mediados del siglo XVIII, tenía múltiples funciones: área de descanso, taller, zona de meditación, defensa y escondite. Hoy en día, el complejo de baños central es el más visitado, conocido como Umbul Binangun, con sus tres piscinas decorativas y pabellones históricos.
El lago artificial Segaran, aunque ahora seco y ocupado por el asentamiento de Kampung Taman, fue una vez el corazón del Taman Sari, con túneles submarinos que conectaban las islas artificiales. Una de estas islas, Pulo Kenongo, alberga el edificio Kenongo, donde los visitantes pueden imaginarse la vida de la realeza. El complejo también incluye estructuras ornamentales como Gedhong Gapura Hageng y Gedhong Gapura Panggung, las puertas de entrada decoradas con motivos florales y de aves. Los visitantes pueden explorar los patios octogonales y el complejo de baños, que era un refugio exclusivo para la familia real, ofreciendo una visión íntima de la vida del sultán y sus concubinas.
Borobudur
El templo de Borobudur es una maravilla arquitectónica y se trata ni más ni menos que del monumento budista más grande del mundo. Construido entre los años 750 y 850 por la dinastía Sailendra, Borobudur es una estupa piramidal relacionada con la tradición Mahāyāna, en la provincia de Java Central. Su nombre podría derivar del sánscrito «Vihara Buddha Ur», que significa «el templo budista en la montaña». En cuanto a su diseño, este consta de seis plataformas cuadradas rematadas por tres plataformas circulares, decoradas con 2,672 paneles de relieve y 504 estatuas de Buda.
Este impresionante monumento sirve como santuario, ofreciendo un viaje espiritual a través de los niveles de la cosmología budista. Los peregrinos comienzan su recorrido en la base y ascienden a la cima, guiados por un sistema de escaleras y corredores que simbolizan el camino hacia la iluminación. Hoy en día, Borobudur es un lugar activo de peregrinación, especialmente durante la celebración anual del Vesak, y es la atracción turística más visitada de Indonesia.
Palacio Real de Yogyakarta
El Palacio Real de Yogyakarta, conocido como Kraton Ngayogyakarta Hadiningrat, es un majestuoso complejo construido en 1755, y que desde entonces se convirtió en la residencia oficial del sultán de Yogyakarta, un centro vital para las ceremonias y actividades culturales de la corte. El término «kraton» deriva de la palabra javanesa «ka-ratu-an,» que significa «la residencia del gobernante.»
Los visitantes pueden explorar diversos pabellones y museos dentro del complejo, que albergan una colección de artefactos reales, incluyendo tronos, trajes ceremoniales y objetos históricos. Durante el día, se pueden ver presentaciones de gamelán y danza javanesa, y al atardecer, las mujeres del palacio realizan rituales de purificación, espolvoreando agua y flores mientras encienden incienso para alejar a los espíritus malignos.
Taman Pintar
Taman Pintar es una atracción turística que combina recreación y educación en un solo lugar, ideal para familias y especialmente para niños en edad de desarrollo. Situado en Jalan Panembahan Senopati No. 1-3, cerca de Fort Vredeburg, el parque está dividido en varias zonas, incluyendo un patio de juegos al aire libre y áreas educativas equipadas con tecnología interactiva y video mapeo. Con más de 35 zonas y 3,500 accesorios de juegos educativos, Taman Pintar proporciona una amplia gama de actividades que permiten a los niños aprender de manera divertida.
Las instalaciones incluyen el Edificio PAUD Oeste y Este, diseñados para niños en edad preescolar y jardín de infantes, y el Edificio Oval-Cuadrado, que presenta exhibiciones científicas interactivas accesibles para todas las edades. Además, el Edificio de Memorabilia muestra la historia del Sultanato de Yogyakarta y figuras destacadas de Indonesia, mientras que el Planetario ofrece una fascinante mirada al espacio y el sistema solar.
En las cercanías de Yogyakarta
Yogyakarta es el punto de partida ideal para explorar una variedad de atracciones turísticas fascinantes en sus cercanías. Por ejemplo, tienes el Monte Merapi, uno de los volcanes más activos de Indonesia, el cual se encuentra al norte de la ciudad. Los aventureros pueden embarcarse en excursiones para explorar sus paisajes y observar su cráter humeante, disfrutando de vistas panorámicas espectaculares.
Por otra parte, la cueva Jomblang, ubicada al sureste de Yogyakarta, es famosa por su impresionante descenso en rapel y su «rayo de luz», un fenómeno natural que ilumina la cueva en determinados momentos del día, ofreciendo una experiencia única. Además, las playas de Gunungkidul, al sur, como la playa de Indrayanti, ofrecen arenas blancas y aguas cristalinas, perfectas para una escapada relajante.
Qué comer en Yogyakarta
La gastronomía de esta región ofrece una amplia gama de sabores que reflejan la riqueza de la cocina indonesia. Gudeg es quizás el plato más emblemático de Yogyakarta; un guiso dulce hecho de yaca joven cocida a fuego lento con azúcar de palma, leche de coco y diversas especias. Se sirve generalmente con arroz, pollo, huevo cocido y sambal goreng krecek (piel de vaca frita con salsa picante).
Otra excelente opción es el Bakpia Pathok, un dulce tradicional y un regalo perfecto para llevar a casa. Son pequeñas empanadas rellenas de pasta de frijol mungo dulce, aunque también se pueden encontrar con otros rellenos como chocolate y queso. Y finalmente, podemos mencionar también el Sate Klathak, que de hecho es una variante del famoso satay, distinguible por su simple marinado en sal y ajo, cocido a la perfección en brochetas de hierro en lugar de bambú. Este plato generalmente se acompaña con una sopa de cabra.